Quiero que sepas que te quiero. Lo gritaría en mitad de la plaza, aunque de loco me tacharan. Que por no decirlo bajo y al oído, no es menos intenso mi amor por ti. Soy feliz con tu risa cotidiana, y el no tenerla aturde y me desarma. Sé que soy trasto sin sentido, pero no tan complejo y terrible. Te escucho y comprendo, sufro contigo y disfruto de tu aire por más que se escapen las razones.
Estoy plagado de defectos, pero tengo una virtud, y es saber a ciencia cierta que te quiero cada día.
Y cada día vuelvo... Amor.
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