la primavera
se ha colado
en forma de lagartija.
Me persigue a dentelladas
y siento
que permanece atascada
entre el bazo
y la garganta.
Es su cola
partida en dos,
quien no para
de hacerme cosquillas,
impidiéndome
respirar.
Y al tratar de escupir
se ha desprendido
una de mis alas
y me sangra la espalda.
No es que no pueda
volar de nuevo,
es sólo que se me han secado
las ganas.
D.L.
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